Si tienes las uñas débiles, quebradizas o mordidas, sabes lo difícil que es lucir una manicura bonita y duradera. Por más que te apliques esmaltes, tratamientos o endurecedores, tus uñas se siguen rompiendo, astillando o descamando. ¿Qué puedes hacer para solucionar este problema y recuperar la salud y la belleza de tus uñas? La respuesta es el kapping.
¿Qué es el kapping?
El kapping es una técnica de manicura que consiste en aplicar una capa fina de gel o acrílico sobre la uña natural, creando una cubierta protectora que la refuerza y la estimula a crecer. El nombre de kapping viene del inglés capping, que significa cubrir o tapar. El kapping no alarga la uña ni modifica su forma, solo la engrosa ligeramente y le da más resistencia y flexibilidad. De esta manera, evita que se quiebre o se dañe con facilidad y le permite crecer de forma sana y natural.
El kapping se puede hacer sobre cualquier tipo de uña, pero es especialmente recomendable para las uñas débiles, quebradizas o mordidas, ya que les aporta fuerza y protección. También es ideal para las personas que tienen las uñas muy finas o con estrías, ya que les da más cuerpo y uniformidad.
¿Cómo se hace el kapping?
Para hacer el kapping se necesita tener las uñas limpias y preparadas con una base coat. Luego, se elige el producto que se va a usar para el kapping, que puede ser gel o acrílico. El gel es más fácil de aplicar y tiene un acabado más natural y brillante, pero el acrílico es más resistente y duradero.
Se aplica una capa delgada de gel o acrílico sobre la uña natural, cubriendo toda la superficie y sellando el borde libre. Se utiliza una lámpara UV o LED para secar el producto y se repite el proceso una o dos veces más, según el grosor deseado. Finalmente, se aplica una capa de top coat sobre el kapping para darle brillo y protección. Se puede dejar el kapping transparente o aplicar un esmalte normal o semipermanente sobre él, según el gusto de cada una.
Es una forma estupenda de fortalecer las uñas débiles y quebradizas y promover un crecimiento sano. Proporciona un escudo protector, impidiendo que sufran daños por el desgaste diario y permitiéndoles crecer de forma natural y sana. Para quienes tienen el hábito de morderse las uñas o se rompen con facilidad, el kapping actúa como una barrera, evitando daños.