Para que las plantas puedan crecer fuertes, las mismas necesitan de la ayuda de un buen abono o fertilizante. Si bien este tipo de productos suelen ser muy caros, también existen alternativas para poder preparar abonos caseros. Es por ello que a continuación te enseñaremos a realizar uno a base de miel.
Pocas personas saben que la miel es rica en todos los macronutrientes que necesitan las plantas para desarrollarse. Sobre todo es rica en potasio y en fósforo y, en menor cantidad, en nitrógeno. Es por ello que se recomienda mucho crear abonos a base de este ingrediente, el cual muchas veces solo se usa en la cocina.
¿Cuáles son los beneficios de un abono a base de miel?
En cuanto a los beneficios que les otorga a las plantas la miel, estos tienen que ver con una mayor fructificación y floración, prevención de plagas y enfermedades, un buen desarrollo, proliferación de raíces en el suelo. Sin embargo vale la pena aclarar que no se debe usar cualquier miel, sino una orgánica y lo más natural posible.
El primer paso consiste en diluir una cucharada sopera de miel en un litro de agua. Te aconsejamos (en caso de que vayas a aplicar este abono en pocas plantas), colocar la cucharada de miel en un vaso, luego sumarle el agua y a continuación introducir el vaso en el microondas para calentar la miel.
Remueve bien todo y luego coloca este abono en las plantas. En cuanto a su aplicación, los experos aseguran que hay que aplicar este fertilizante una vez a la semana en verano, y, luego, cuando sea otoño o invierno lo tendremos que echar una vez cada dos semanas.