Amistad, infidelidad y una traición. Ese fue el resumen que tuvo que vivir Kate Middleton con la que fuera su mejor amiga y, al mismo tiempo, amante del Príncipe William. El hecho, ocurrido años atrás, volvió a recordarse luego de que el Rey Carlos III echara a más de 100 personas que trabajaron junto a la Reina Isabel II y entre ellos se encontraba el marido de la tercera en discordia.
Cuando el Príncipe William y Kate Middleton no vivían en el palacio real, tenían de vecinos al millonario David Rocksavage y a su esposa Rose Hanbury. Ambos tenían tres hijos. Ella había sido modelo para la misma agencia que descubrió a Kate Moss y nada hacía pensar que tuviesen problemas entre ellos.
Las parejas se hicieron muy amigas y entre Kate Middleton y Rose Hanbury hubo una conexión y complicidad instantánea. Se volvieron grandes amigas e incluso con el tiempo se convirtieron en las mejores amigas que podían tener una y la otra. Pero la actual princesa de Gales no era la única que había conectado muy bien con su vecina.
El Príncipe William también se había sentido muy bien con Rose Hanbury desde el principio y la amistad entre ellos fue creciendo, pero en algún punto se convirtió en algo más. En abril de 2019 el escándalo estalló cuando aparecieron unas imágenes de los dos en un exclusivo club nocturno. Entre las luces y el humo se percibían besos, caricias y a ambos muy cercanos en todo momento, con él tomándola de la cintura y sin soltarla en ningún momento.
Inmediatamente, las redes sociales también se hicieron cargo del escándalo. Era la prueba que faltaba a un sinfín de rumores que habían existido previamente sobre una supuesta infidelidad del Príncipe William hacia la pobre de Kate Middleton. Si bien, la pareja real permaneció juntas, las dos vecinas se separaron e incluso, la actual princesa de Gales hizo prohibir que Rose Hanbury asistiera a los actos reales. Así fue el fin de las mejores amigas.