El 2 de febrero de 2002, Máxima Zorreguieta y el entonces Príncipe Guillermo se casaron y comenzaron una historia de amor que perdura hasta la fecha. El primer hogar elegido por la familia fue Villa Eikenhorst, una casa dentro de la finca real Landgoed De Horsten donde se criaron sus hijas. En 2013 cuando se convirtieron en reyes, se mudaron al palacio Huis ten Bosch y lo convirtieron en la residencia oficial.
La construcción de Huis ten Bosch comenzó el 2 de septiembre de 1645 bajo la dirección de Bartholomeus Drijffhout, según el diseño trazado por Pieter Post y Jacob van Campen. Su realización fue ordenada por la reina Isabel de Bohemia, quien en ese entonces se encontraba exiliada junto con su marido, Federico V. Una vez terminado, el palacio se convirtió en el hogar de verano del estatúder Federico Enrique de Orange-Nassau y su esposa, la condesa Amalia de Solms-Braunfels.
Cuando Guillermo I fue proclamado Rey de los Países Bajos, convirtió a Huis ten Bosch en una de sus residencias oficiales. Desde su edificación, el lugar ha atravesado por varias reconstrucciones de importancia y, en la actualidad, consiste en un cuerpo central con dos grandes alas. Su longitud aproximada es de 110 metros, de un extremo al otro.
Hace algunos años, el palacio Huis ten Bosch fue remodelado y restaurado. La obra tuvo un valor de 63 millones de euros. Los trabajos arrancaron en 2014, momento en el que la ya ex reina Beatriz abandonó sus aposentos, y terminaron a finales de 2018, poco antes de que los nuevos reyes, Guillermo Alejandro I y Máxima de Holanda, ocuparan su lugar con sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane.
El terciopelo azul que recubría y daba nombre a esta habitación tuvo que ser retirado por el mal estado en el que se encontraba la tela. Redecorado por los diseñadores Maurice Scheltens y Liesbeth Abbenes, el Salón Azul del palacio Huis ten Bosch se convirtió en una especie museo de los objetos fetiche de la familia real holandesa.