CORONA ESPAÑOLA

Los dulces prohibidos por la Reina Letizia a sus hijas Leonor y Sofía

La soberana cuidó la alimentación, pero tuvo algunos con conflictos con su suegra, la Reina Sofìa

Fuente: @queenletizia.
Reina Letizia..Fuente: @queenletizia.
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La Reina Letizia es muy cuidadosa con sus comidas y lleva una rutina alimentaria exigencia para mantenerse en forma. Esos mismos consejos se los dio a sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Desde muy chiquitas, la esposa del Rey Felipe estuvo muy pendiente de lo que comían y algunas cosas estaban prohibidas dentro del palacio.

Pero como toda abuela, la Reina Sofía tuvo contemplaciones con sus nietas, lo que originó más de un enfrentamiento con la Reina Letizia. Las relaciones entre suegra y nuera no fue buena desde que se casó con el Rey Felipe en el 2004. Diez años después, el actual monarca fue proclamado tras la abdicación de su padre, el Rey Juan Carlos.

La Reina Letizia le tuvo prohibido a sus hijas comer dulces durante la infancia. Esto le trajo más de un dolor de cabeza a la actual monarca. También hay que agregarle las frituras. Pero la Reina Sofía se las rebuscaba para regalarles caramelos de anís, lo que provocaba la furia de Letizia que siempre se preocupó porque tuvieran una alimentación saludable.

La Reina Letizia y sus hijas junto con la Reina Sofìa. Fuente: pinterest @fbr1958.

La comida permitida en Mallorca

Un suceso que transcendió ocurrió en una visita real a Palma de Mallorca en el 2010. Allí se encontraban los reyes junto a su hija y la Reina Sofía. Las dos niñas miraban con buenos ojos unos típicos dulces mallorquines llamados ensaimadas. Entonces la madre del Rey Felipe les dio una a cada nieta con una frase que quedó en el recuerdo. “Comerlas fuera, que no se entere vuestra madre”, dijo.

La Reina Letizia, la Reina Sofìa y la infanta Sofìa. Fuente: pinterest @holacom.

La relación entre la Reina Letizia y su suegra, la Reina Sofía, siempre tuvo idas y vueltas. Desde un principio no fue bien vista por la familia la llegada de la actual soberana. No tenía sangre real y además estaba divorciada. Fueron dos aspectos que no cayeron bien tanto a la Sofía como a su esposo, el entonces Rey Juan Carlos. Al final se impuso el deseo de Felipe y contrajeron matrimonio en 2004.