Lady Di siempre será recordada por la humanidad como una de las integrantes de la familia real británica más queridas de todas. Su carisma y alegría eran contagiosas y no había persona a la que ella no le quitara una sonrisa con su buena energía. El mundo entero lloró la muerte de la más terrenal y mundana de todas las royals que han existido y existirán. No hay quien pueda decir nada negativo sobre ella pero si es verdad que hay historias que desnudan un poco sus puntos flacos.
Tiggy Legge Bourke es una de esas partes oscuras que tuvo la increíble vida de Lady Di. No porque le hiciera algo malo o dañino, simplemente porque sentía unos enormes celos hacia la relación que tenía ella con sus dos hijos, los príncipes William y Harry. Al parecer en un comienzo la princesa confiaba plenamente en ella pero con el paso del tiempo la relación se fue torciendo hasta el punto en que la desconfianza se apoderó de ella.
Tiggy era especialmente cercana a los niños quienes la adoraban. Las malas lenguas hablan de que el que también la adoraba era el por entonces esposo de Lady Di, el rey Carlos III. Fuentes allegadas afirman que en un punto comenzó una relación extra matrimonial entre la niñera más cercana a la familia y el actual rey de Inglaterra.
Evidentemente Lady Di no tenía la fuerza ni la potestad necesaria como para despedir a Tiggy Legge Bourke por lo que tuvo que convivir con ella por muchos años, viendo cómo de alguna manera se robaba a su familia. Sus hijos la amaban y su esposo tenía un affaire con ella.
Luego de la muerte de Lady Di, Tiggy Legge Bourke pasó a ser el referente de los niños y se convirtió en una especie de madrastra de el príncipe William y el príncipe Harry.