Corría el año 1988 y la difunta reina de Inglaterra, la Reina Isabel II visitaba por primera vez tierras españolas de manera oficial. En todo su reinado jamás había visitado nuestro suelo y lo hizo de la mejor manera, comiendo y disfrutando de todas las delicias que abundan aquí. Ella contaba con 62 años y fue recibida por todo un grupo de la realeza española con el por entonces rey Juan Carlos a la cabeza por supuesto.
Los actos protocolares fueron realizados en Madrid y también hubo ciertos eventos de agasajo en Andalucía, puntualmente en Sevilla. La monarca inglesa fue tratada como una verdadera reina y se atendieron todos sus excéntricos pedidos, entre ellos un chef personal que siempre le cocinó los pedidos que ella requería.
Para finalizar su visita por España, tanto el grupo real británico como el español viajaron unos días a la paradisíaca Mallorca para que la reina pudiera distenderse unos días sin ningún tipo de acto oficial y el fin era meramente recreativo para que ella y su equipo pudieran descansar. El Rey Juan Carlos y su familia, con Felipe y la reina Sofía, también viajaron y compartieron unos días distendidos en tierras mallorquinas.
Lo más curioso de esa experiencia se dio en el momento en que ambas familias fueron a comer al restaurante de más lujo en la isla. Mientras comían amenamente las dos familias la reina Isabel II se acercó al oído del Rey Juan Carlos y le confesó que era la primera vez que iba a un restaurante, que siempre le habían cocinado sus chefs personales.
La respuesta le quitó una sonrisa a la monarca “Ya era hora, Lilibeth” le contestó el rey consorte de España quien a su vez era primo de la difunta reina y guardaban una gran confianza entre ellos y su relación era más que cercana.