El Príncipe William tiene mayores tareas tras el fallecimiento de la Reina Isabel II. El heredero al trono se convirtió en Príncipe de Gales y debe asumir funciones que hasta hace unos meses estaban a cargo de su padre, el Rey Carlos III. Pero no solo recibió más responsabilidades por la muerte de su abuela, sino también heredó uno de sus mayores caprichos.
Uno de los detalles que llamó mucho la atención a los asistentes de la boda entre el Príncipe William y Kate Middleton fue el fanatismo por el chocolate. En la celebración hubo un pastel que contaba con ocho pisos totalmente elaborados con ese producto. Este fue uno de los caprichos que pidió el heredero al trono para su casamiento.
Según confesó uno de los viejos chef de la Casa Real, Darren McGrady a la revista Hola, este gusto del Príncipe William viene de parte de su abuela, la Reina Isabel II. El cocinero confirmó que nunca se desechaba ninguna parte del pastel y en caso de sobrar, la soberana se lo llevaba para el viaje. El hijo mayor de Lady Di heredó esos gustos y continúa con su legado.
La anécdota con la Reina Isabel II
Darren McGrady también confesó lo que tuvo que hacer un día para que el pastel de chocolate llegar en condiciones hasta el Palacio de Windsor. “Un viernes a la mañana tenía que llevar la mitad de un pastel en un recipiente y cubierto en plástico desde Paddington hasta Windsor. Lo tuve todo el tiempo en mi regazo por miedo a que se llegara a caer”, contó.
El cocinero de la Casa Real reveló que la primera vez que lo probó el Príncipe William se enamoró de ese postre. Ahora, ante cada juntada en el Palacio, el pastel de chocolate no puede faltar en la mesa. Una de las herencias de la Reina Isabel II con su nieto que perdurará por muchos años más.