Lady Di fue una de las princesas más populares de toda la historia del Reino Unido. Pocas mujeres lograron ingresar de manera tan profunda en el corazón del pueblo inglés y ser tan respetada y amada por todos. Su cálida personalidad y una actitud poco descontracturada lograron que la princesa se saliese de la imagen rígida que siempre dió la realeza y le dió un tinte más humano a esta clase tan compleja.
Todo ello fue confirmado y reforzado recientemente por su hijo mayor, el príncipe William quien compartió a través del podcast “Time to walk” (Tiempo para caminar) algunas intimidades de su vida, y en especial de cuando era un niño y Lady Di aún vivía. Con profunda emoción se tomó unos minutos para recordar y contar algunas de las lindas cosas que su madre hacía por él cuando estaba viva.
Entre las muchas cosas, se explayó en un recuerdo que nunca pudo sacar de su cabeza. Un método tierno y muy alegre con el que Lady Di tranquilizaba a sus hijos cuando ellos se encontraban algo nerviosos al momento de llevarlos al internado donde se educaron. Para relajar la situación su madre ponía la música a todo volumen con la popular canción “The best” de la aclamada Tina Turner y cantaba alocadamente para entretener a sus muchachos.
“Mi madre conducía cantando a todo pulmón” confiesa el príncipe William y agrega: “Incluso metíamos al policía en el auto, que de vez en cuando también cantaba. Cantábamos y escuchábamos la música hasta las puertas de la escuela donde te dejaban”
Esto es tan solo una prueba más de lo increíble que fue la princesa más querida de todas, Lady Di. Tanto sus hijos como la sociedad en general siempre la quisieron y era sin duda la más vitoreada de la familia real. Su gran alegría y felicidad se transmitía en cada uno de los eventos de la realeza a los que acudía y sin dudas dejó un gran legado.