Desde que el Príncipe Harry confirmó su casamiento con la actriz estadounidense Meghan Markle todo fue cuesta arriba para la familia real británica. A pesar de que ella lo intentó hasta el cansancio nunca pudo encajar en la familia de su esposo. Las exigencias en cuanto a protocolos y formalismos son llevadas al máximo y al parecer ella no resistió tanto acoso y tensión por lo que desistió en la lucha y prefirió alejarse.
Tal es así que un día tanto el Príncipe Harry como Meghan Markle decidieron renunciar a sus derechos y obligaciones como miembros de la familia real y se mudaron sin más a los Estados Unidos donde ella es originaria, puntualmente California. Recordemos que ella se desempeñó como una célebre actriz en la exitosa serie de abogados “Suits” y por supuesto su vida y su trabajo se consolidaron en esas latitudes del mundo.
La tensión siempre ha estado latente y cada tanto existen explosiones como la que ha ocurrido hace unos días. La raíz del mismo ha sido que el propio rey Carlos III decidió que Maeghan Markle no asista al velorio de la Reina Isabel II ya que no lo consideraba apropiado y le avisaron con antelación que a ella no le permitirían el paso en caso de que se presentara.
Por supuesto que esto generó un inmenso disgusto en el príncipe Harry que lo alejó aún más de su padre. El asunto es que posteriormente el joven fue invitado por su padre y su hermano, el Príncipe William en el salón de Birkhall pero él prefirió quedarse con sus tíos Andrew, Edward y Sophie de Wessex enrostrando a su padre un gran desprecio.
En un acto de paz el rey Carlos III permitió a su hijo Harry vestir el uniforme militar en el acto central de despedida de la reina pero aún eso no terminó de contentar al príncipe. Inmediatamente al otro día de que concluyeron los actos, Harry y Meghan Markle cogieron el primer vuelo a los Estados Unidos para regresar a su rutina diaria.