CAMILLA PARKER BOWLES

Camilla Parker Bowles: esto es lo que hace en su casa de soltera a escondidas del rey Carlos III

La reina también tiene sus secretos más profundos

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Camilla Parker Bowles.Fuente: producción PanoramaCréditos: Fuente: archivo Panorama España
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Camilla Parker Bowles es una de las royal que menos aceptación tiene de parte de la sociedad británica. El hecho de que su ingreso a la familia real sea a través de la infidelidad del Rey Carlos para con la queridísima Lady Di hace que nunca haya sido terminada de aceptar por Inglaterra. La huella que ha dejado la princesa de Gales ha sido enorme encima  de la figura de la actual reina por lo que siempre que es noticia no suele ser de las más positivas.

En este caso se trata de una mansión de lujo la cual es propiedad de Camilla Parker Bowles y es completamente ajena al Rey Carlos III. Es que se trata de una propiedad que ganó luego de su millonario divorcio con Andrew Parker Bowles y en la cuál vivió con su ex gran parte de su vida. 

El salón de estar de la gran mansión de Camilla Parker Bowles Fuente: pinterest @vocescríticas

La mansión queda en la zona de  Wiltshire donde vivió entre 1996 y 2004 hasta casarse con el monarca, y donde por supuesto atesora muchos recuerdos con su ex marido. El hecho de que la historia no acabara bien con Andrew no significa que no hayan tenido sus buenos momentos.

El salón de té Fuente: pinterest @vocescríticas

Según fuentes cercanas a la familia real, una de las condiciones para aceptar el matrimonio, fue la conservación de esta casa para la señora Camilla Parker Bowles. Por supuesto que esta decisión generó gran polémica debido al gasto que implicaría mantener la seguridad del lugar para cuando ella quisiera visitarla.

Pese al descontento de Carlos, este lugar para Camilla Parker Bowles es un refugio lejos de los actos públicos a los que se ve con la obligación de asistir, debido a su título de Reina Consorte. Por eso es importante para ella mantener este espacio en donde puede ser ella misma y disfrutar de pequeños placeres cotidianos que en el palacio no se permiten