El 8 de septiembre fue sin duda alguna una fecha que cambió la historia de la humanidad. Es que luego de más de 70 años de reinado, la reina Isabel II falleció plácidamente en el castillo de Balmoral y de ese modo dejaba de ser la monarca de su reino. En su paso por la corona vio guerras mundiales, la evolución de la ciencia e incontables hechos históricos que revolucionaron al hombre, por ello es que se considera la más importante de la historia de Inglaterra y de todos los reinos del mundo.
Recientemente fue la coronación de su hijo, el rey Carlos III, y aún luego de casi 10 meses de su muerte se la sigue recordando con honores y mucha melancolía ya que representó de la mejor manera el sentimientos que los ingleses tienen por su país y sus costumbres. A su vez su gran conocimiento y fama abrieron infinitas puertas al mundo a su país y su pueblo.
Por supuesto que su vida ha sido documentada y existen infinidad de fotografías e imágenes de la reina en sus distintas etapas como la cabeza de la corona británica.
Una imagen que se repite constantemente es su amor por los animales, y en especial por los caballos. La reina Isabel II es una apasionada a los caballos, por lo cual tiene una colección de 30 sementales valuados en 10 millones de dólares y cuyo costo de mantenimiento anual asciende a 600 mil dólares.
Los periódicos de todos los tiempos rescatan la longeva relación que han mantenido Isabel y Felipe honrando los más de 70 años de matrimonio que han sabido desarrollar, pero es sabido que la pareja ha sufrido increíbles crisis. Sabido es que él siempre estuvo a la sombra de su esposa, al punto en que el protocolo indicaba que él debía marchar unos pasos atrás de ella en todos los actos oficiales. Una vida digna de contar mediante estas imágenes.