La reina Máxima de los Países Bajos es una de las royals de Europa que goza de mejor imagen sin duda alguna. Su fresca y alegre personalidad sumado a su gran inteligencia y efectivo trabajo por su país han hecho que la sociedad genere grandes índices de aceptación en las encuestas en cuanto a ella.
Sin embargo, como todo el mundo, ha contado con ciertos hábitos que no son los más respetables y aceptables. Al igual que millones de personas alrededor del mundo en su juventud fue una fumadora empedernida que, según sus allegados, constantemente contaba con un cigarrillo de tabaco en la mano y era de lo más normal verla fumando a todas horas del día.
Evidentemente cuando llegó a la corona y se convirtió en una de las figuras públicas más importantes de los Países Bajos se vio obligada a dejar de fumar en público, por supuesto no podía ser captada con esa desagradable y poco sana costumbre.
El tabaquismo es un tema que genera preocupación en todo el mundo debido a sus conocidos efectos perjudiciales para la salud. Aunque es importante destacar que el acto de fumar en sí mismo no es ilegal, muchos países han implementado medidas para desalentar su práctica y promover estilos de vida saludables. En los Países Bajos, las campañas antitabaco y las restricciones en los espacios públicos han sido ampliamente implementadas.
Lo curioso de todo este asunto es que hay quienes dicen que llegó a fumar a escondidas con la princesa Beatriz, su suegra y exreina de los Países Bajos. Un rumor que corre como reguero de pólvora por las calles de Ámsterdam pero que verdaderamente no se ha comprobado. Sí es sabido que el hecho de no fumar en público supuso una verdadera tortuga para una mujer que fumó toda la vida.